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Libro: Reconstruyendo mi identidad profesional

Les comparto mi libro " Reconstruyendo mi Identidad Profesional ", que es el resultado de mi documento recepcional para titularme en la Maestría en Educación Básica, en la  Universidad Pedagógica Veracruzana (UPV). Versión digital: Descargar De venta en: https://www.morebooks.shop/store/gb/book/reconstruyendo-mi-identidad-profesional/isbn/978-620-3-88050-2

Podrían identificarse medicamentos que reduzcan síntomas del Parkinson.

 El Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común en el mundo, sólo después del Alzheimer. Los síntomas más frecuentes son: bradicinesia (movimientos voluntarios lentos), temblor, rigidez muscular, deterioro cognitivo y pasos lentos (arrastrando los pies); todos estos síntomas en conjunto se llaman parkinsonismo. Su principal causa es la enfermedad de Parkinson. Actualmente no se cuenta con una cura eficaz y directa contra la enfermedad de Parkinson; sin embargo, hay estrategias terapéuticas que disminuyen los síntomas, aunque el progreso de la enfermedad es inevitable. En una de las alternativas que han investigado diversos especialistas en el mundo intervienen los agonistas dopaminérgicos, los cuales son fármacos que actualmente también se usan para el tratamiento sintomático de la enfermedad de Parkinson. No obstante, el dar otro enfoque al uso de esta clase de fármacos puede ser la solución a los problemas comunes de los pacientes. El proceso de inflamación es como

Los restos de Tea o Theia, en la Tierra

 En las profundidades del manto de la Tierra, a unos 2,900 kilómetros bajo el suelo, destacan dos masas gigantescas situadas bajo África occidental y el océano Pacífico. Estas capas de roca tienen un comportamiento extraño: cuando hay un terremoto, las ondas sísmicas se ralentizan al atravesar esos misteriosos materiales, lo cual sugiere que su composición es más densa que el resto del manto terrestre. Un equipo internacional de investigadores publicó este miércoles, en la revista Nature, la hipótesis de que esas masas, que ocupan miles de kilómetros, son los vestigios de otro planeta, incrustados en la Tierra tras una colisión hace 4,500 millones de años. Los autores recuerdan que hace medio siglo tomó fuerza la teoría de que la Luna se formó a partir de productos de la colisión de la Tierra contra otro joven cuerpo celeste del tamaño de Marte. Bajo esa misma línea, el supuesto embrión de planeta, llamado Tea o Theia, chocó contra la Tierra primitiva. Las simulaciones informáticas de